La Casa Azul: Centro Cultural Cubano

La Casa Azul fue creada en 1996 en Fort Worth, Texas, con el espiritu de promover la cultura cubana donde quiera que esta se produzca. Pero su principal mision es dar a conocer a los escritores y artistas cubanos del exilio en interrelacion con el medio en que se desenvuelven. Estamos abiertos a todas las manifestaciones literarias y artisticas del mundo hispano,y norteamericano. Contamos con una galeria de arte cubano y nuestro Linden Lane Magazine. Visitenos en http://www.LaCasaAzul.org

Saturday, May 23, 2009


El Benedetti de aquellas cuarenta novelas

Belkis Cuza Malé


Ha muerto en estos días a los 88 años el escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti. No voy a a hablar aquí de su obra, sino de su persona. Su obra no me interesa para nada. Su poesía tiene el aire de su vocación juvenil, la del perfecto oficinista, es decir, la antítesis de lo que pensamos ha de ser un poeta. Cuando lo conocí en 1966, había publicado ya algunos de esos libros que concibió detrás de un buró. Pero no era nadie todavia.
Benedetti llegó a Cuba como miembro del jurado de novelas en el Premio Casa de las Americas de 1966, si no me equivoco. Uno de los tantos escritores que pululaban en los círculos literarios de Montevideo, que había arribado tarde, como él mismo diría luego, a *la generación del 45*.
No me gusta hablar mal de nadie, y menos de un muerto. Pero quiero analizar aquí el caso de Mario Benedetti, un escritor a sueldo, no me cabe dudas, del gobierno cubano, a quien como a muchos de los latinoamericanos que hoy leemos, la Revolución les mató el hambre y les dio fama y fortuna, a cambio de comprar voceros oficiales, o por lo menos, su silencio.
El hotel Habana Riviera donde estaba alojado entonces, le resultó un paraíso, según me contó, agobiado por su vida de burócrata en el Uruguay de entonces, todavía sin Montoneros a la vista. Unas vacaciones muy bien pagadas, que incluían visita a Varadero y más. Pero en el caso de Benedetti, el viaje representó un esplendido contrato, de modo que esta primera visita fue el comienzo de una larga colaboración entre él y la Casa de las Américas, es decir, entre la Revolución y el hombre de los poemas de oficinista.
¿Cómo se empató con esa profesión doble de escritor y funcionario de la Casa de las Américas? Es algo que no sabemos, pero lo cierto fue que a los pocos meses regresó en compañía de su esposa, una señora larga y delgada, con cara y estampa de la mujer de Popeye, a quien Heberto Padilla y yo fuimos a visitar a sus habitaciones del Hotel Nacional, donde residía, mientras esperaba que los mudasen para una mansión en Miramar.
Supongo que sus vínculos con la Casa de las Américas venían de atrás, auspiciados por la izquierda antiamericana, que entonces asolaba los periódicos y revistas de todo el continente. Ya estaba el teatrista guatemalteco Manuel Galich de subdirector de La Casa de las Américas, y Cuba era el sueño de cada aspirante a literato o artista. Pronto vimos cómo uruguayos y argentinos inundaban la escena habanera.
En el caso de Benedetti, como en el de muchos otros que llegaron a ocupar cargos importantes dentro de los departamentos culturales en Cuba, cierta secreta militancia política debió haber influido grandemente en el logro de esas posiciones. La invasión de latinoamericanos diletantes que llegaban a Cuba y plantaban su tienda alegando ser ya figuras reconocidas en el ambiente cultural de sus países, fue grande y significativa. No todos eran iguales, quiero aclarar, no todos eran farsantes. Pero todos soñaban con la gloria y el apoyo de la Revolución cubana, y con convertirse en profesionales de sus respectivas vocaciones.
Recuerdo a varios de ellos, que en su país se dedicaban a la venta a domicilio de sábanas, y a otros, como Francisco Urondo, el poeta argentino, muerto luego durante su etapa de guerrillero urbano. Urondo era buen poeta, y hombre sencillo, tengo que admitirlo, y se apareció en La Habana sin disimular su pobreza. Rodolfo Walsh, en cambio, también muerto por los militares argentinos, provenía ya del periodismo profesional en su país, y estaba dotado para la oratoria marxistoide, pues a él también lo conocí.
De su mundo oficinezco estaba ya cansado Mario Benedetti cuando lo entrevisté para la sección cultural del periódico Granma, donde yo trabajaba entonces. Me parece estar viéndolo aún frente a mí, con aquella expresión tan uruguaya, gritando: *!!Son cuarenta novelas!!*. Y así se tituló la entrevista. No sé si se las leería o no, y tampoco recuerdo al ganador --da igual--, pero aquellas cuarenta novelas no iban a representar un sacrificio muy grande para un hombre que regresaría pronto a la Isla convertido en un importante funcionario de La Casa de las Américas.
Luego, años después, lo encontramos en Madrid, en un evento literario, donde él participaba, y por supuesto, nos viró la cara y no se atrevió a saludarnos. Para entonces ya había sido aupado y pagado por Cuba, y no necesitaba vivir en la Isla, sino aparentar ser un escritor independiente, de éxito, con libros publicados, películas, canciones y más. Camuflajeado de poeta de la sencillez y el amor, de representante cultural del hombre de a pie, logró colarse en todas partes, apoyar los horrores contra los escritores y artistas cubanos, y proclamar a los cuatro vientos su incondicionalidad a un sistema que había extirpado las libertades elementales al pueblo cubano y que lo mantenía en la miseria.
A Mario Benedetti no le habrán oido jamás un juicio inteligente sobre los cubanos, ni siquiera cuando su amiga Haydée Santamaría se pegó un tiro en el 80. De él nunca habrán oido un llamado a la libertad de los presos políticos que Castro mantiene en las cárceles. Vivió lo suficiente para ser testigo de la larga tragedia de los cubanos, pero nunca abrió su boca más que para referirse al exilio en términos peyorativos, y para halagar al tirano. Por supuesto que no iba a denunciar a los que lo habían ensalzado a la cumbre.
Descanse en paz, si puede, el alma de Mario Benedetti. No creo que su obra le sobreviva.

22 Comments:

Blogger Eufrates del Valle said...

Cuan interesante todo lo que cuentas aqui, dilecta Belkis. Este retrato tuyo sobre el hombre que fue Benedetti es el que le sobrevive y sobrevivira a su obra "oficianista".

(Ha sido Mom -mi madre- quien me recomendo este articulo tuyo).

7:30 AM  
Blogger Zoé Valdés said...

Excelente, le pongo link.

6:16 PM  
Blogger Diana said...

Me alegro mucho que tengas la valentía para contar lo que estás contando. Estupendo.

6:53 PM  
Blogger Xiomara Pages said...

Me alegra ver que tienes las agallas de hablar claro muchas verdades, cuando tantos quieren quedarse en el "enamoramiento" de un mito....AMen a todo lo que dices.
Bendiciones, tu amiga de siempre,
Xio
Xiomara Pages

7:52 PM  
Blogger Belkis Cuza-Malé said...

Copio aqui, a peticion suya, el comentario del escritor y amigo Juan Cueto-Roig:

Querida Belkis:

Felicitaciones por tu artículo sobre Benedetti. Lo haré circular. Me alegra saber tu valiosa opinión sobre ese escritor que nunca me gustó, aun antes de conocer a fondo sus vínculos con el castrismo.

Un beso,

Juan

1:22 AM  
Blogger Belkis Cuza-Malé said...

Gracias, mis queridos amigos, por sus comentarios, siempre tan valiosos para mi.
Muchas bendiciones,

1:24 AM  
Blogger Isis said...

Querida Belkis,
antológico este texto tuyo sobre el soi-disant poeta, el Oficinista.
Tu texto es lo único que quedará de él.
Y es el definitivo.
Besos.

7:49 AM  
Blogger antonio said...

Gracias.
Si al final GaMOneda, pobre hombre,
será nuestro lider.
De esos, por aqui multitud.

8:27 AM  
Blogger La Gude said...

Bien que destruyas mitos, Belkis.Recuerdo perfectamente los "hermanos invasores" del Cono Sur. ¿Te acuerdas de Amanecer Dotta, vendedor de diccionarios en Uruguay, convertido, ni más ni menos, que en director nacional de teatro del Consejo Nacional de Cultura? En la triste tragicomedia cubana, casado con Libertad de Nacimiento...
El oportunismo de izquierda en su máxima expresión.

10:17 AM  
Blogger David Lago González said...

http://theplacewherenothingisreal.blogspot.com/2009/05/belkis-cuza-male-el-benedetti-de.html

Belkis, eso no es "hablar mal".
A ver, si yo me muero mañana y la semana que viene tu escribes diciendo que en Madrid se murió EL CALVO de David Lago, no estás hablando mal de mí porque es obvio que lo soy.
Bueno, puse tu post sobre Bene en Campos de Fresa forever, junto a mis propias plegarias y las de otros, por el descanso de su alma.

10:41 AM  
Blogger Jorge A. Pomar said...

Sacarle los trapos sucios a un difunto famoso pasaba entre los antiguos romanos como una impostura imperdonable, un sacrilegio.

"De mortui nihil nihil nisi bonum" (de los muertos sólo lo bueno) reza el aforismo latino. Tratándose de de un hijo de vecina que en vida no le haya hecho mal a nadie o a muy poca gente, pase.

Pero siendo un difunto perverso con parroquia mojigata y dañoso poder de convocatoria post mortem, como el indecente Mario Benedetti, se le debe pasar la cuenta mientras quede alguien que se acuerde de su pésima persona y perniciosa obra.

Si, además, ese alguien tuvo el disgusto de conocerlo y frecuentarlo en vida, como es tu caso, Belkis, entonces sus palabras desmitificadoras poseen el valor adicional del testimonio.

Si no tienes nada en contra, lo reproduzco esta semana tal cual en mi blog. Gracias de antemano, amiga. Un abrazo fuerte,

El Abicú

12:25 PM  
Blogger Unknown said...

Gracias de todo corazón, Belkis. Tu artículo sobre Benedetti es el único de los que he leído en estos días en que alguien le llama al pan pan y al vino vino. Es muy cierto y digno lo que dices, y te felicito por decirlo con ese lenguaje tan acertado, tan pleno (el penúltimo párrafo es magistral). Yo conocí de cerca ese personaje siniestro, y te doy la razón en todo lo que dices.

Como sabes, yo trabajé con Mario en el Centro de Investigaciones Literarias de la Casa de las Américas en el año 68. Me recomendó Retamar, que había sido mi profesor, y él creo que me aceptó de mala gana. Allí no sólo conocí a Luz, la mujer de Mario (que, por cierto, no era tan fanática ni vil como el marido, pero algo tonta), sino además el resto de la "fauna" de la Casa, tan particular (entre ellos Pedro Simón, que luego contrajo raras nupcias con Alicia Alonso). Allí me pusieron a rellenar fichas sobre soporíferos artículos acerca de los mitos literarios de la izquierda latinoamericana, y eso culminó en un tedioso volumen de recopilación de textos sobre Juan Carlos Onetti (uno de los escritores más aburridos e inútiles del cono sur) que Benedetti había concebido y que él mismo dirigió de muy cerca y aprobó (yo prácticamente me limité a seguir sus instrucciones al preparar ese mamotreto, que se publicó en esos meses con mi nombre como editor o algo así). Pero todo lo que aparece en ese libro lo decidió Mario, que era un tipo tosco y autoritario (bajo una capita muy tenue de mediocre de salón). ¿Sabías que su primaria y secundaria la pasó en un colegio alemán (post-nazi) de Montevideo? Era un tipo sin alma, me parece, y estoy de acuerdo contigo en que su literatura no es más que un conjunto de mediatizadas boberías y veleidades izquierdosas elucubradas por un cerebro sin vuelo, sin imaginación y sin grandeza. Se mostró mezquino con muchas gentes, y posiblemente le mostró a Heberto una amistad que era medularmente deshonesta. Años después, cuando yo trabajaba en la Editorial Arte y Literatura, él vino de visita y cuando me vio a distancia se hizo el que no me conocía (tal vez sus capataces segurosos le habían dicho ya que yo era persona no kosher, no aconsejable); entonces yo, delante de varios de mis colegas en la redacción de la editorial, le dije con voz bastante alta: "Hola, Mario Benedetti, ¿ya no me conoces?" Y entonces él puso su cara de ratón asustadizo y de oportunista miserable para elaborar una sarta de disculpas hipócritas. O sea, que me hizo lo mismo que les hizo a ustedes cuando los vio en España. Me sumo a ti en ese coro: que descanse en paz, y que la huella de su paso por el mundo se borre pronto...

Abrazos,
Reinaldo García Ramos

12:32 PM  
Blogger ric said...

Excelente, Belkis, excelente. Deberían poner esto de epitafio sobre la tumba de este farsante. ¡Cuánto "intelectual" de cuarta y quinta categoría vivió del trabajo y la represión del pueblo cubano, aupados como glorias mientras en sus países, o en cualquier otro país, habrían levantado cabeza por sus propios méritos!

12:52 PM  
Blogger ric said...

Belkis, por favor, corrige mi error. Debe decir "... NO habrían levantado cabeza..." Gracias.

12:57 PM  
Blogger Chez Isabella said...

Señora mía, me quito el sombrero ante su artículo. Tal como le había comentado en un mensaje anterior, si tiene Ud. el valor de defender lo que asevera, entonces sí hay que admitir un criterio contrario al que prevalece entre los de mi generación. Sobre todo porque viene avalado por su testimonio.

Hay que entender que para los que nacimos en el 70 el adoctrinamiento de CASA ya había dado sus frutos. Por eso la mayor parte de los que en estos días se han pronunciado tienen arraigada la figura mítica de hombre buenazo que daba el difunto con su carita de asustadizo -como tan bien lo describe Ud. aquí-. Indudablemente, el valor de estas memorias, así como el comentario de Reinaldo, supera las maquiavélicas fabricaciones de los intelectualoides de izquierda.

Pasar por aquí siempre es un placer. Un abrazo.

6:54 PM  
Blogger william Rios said...

http://elparquetrillo.blogspot.com/2009/05/en-la-calle-codo-codo.html

10:16 PM  
Blogger Belkis Cuza-Malé said...

This comment has been removed by the author.

8:35 PM  
Blogger Belkis Cuza-Malé said...

Belkis Cuza-Malé said...
A todos, mil gracias por sus comentarios.
Vivian, gracias por recordarme el nombre de ese personaje Amanecer Dotta. Estaba pensando en él porque tengo una anécdota personal que tipifica la mentalidad de esos uruguayos literatoides en Cuba.
No sé por qué pero conocí a varios de su calaña.
Mil gracias de nuevo por venir aquí y opinar. Ya le contesté a Eufrates, Pomar y a David. A la querida Isabella, lo mismo. En fin, a todos,gracias por vuestra gentileza. En especial no me olvido de Zoé que publicó un link en su blog.
Bendiciones,
Belkis

8:38 PM  
Blogger Frida M said...

Excelente articulo y necesario. A mi no me gusta como escritor. Gracias.

11:05 AM  
Blogger Unknown said...

Estimada señora: soy uruguaya y por medio de una profesora cubana de la universidad donde trabajo, aquí en USA, me llegó su comentario sobre Benedetti. Me ínteresó mucho tener la otra visión del autor que en Uruguay fue velado con honores presidenciales y enterrado en el Panteón de los Héroes Nacionales.
Por supuesto que me parece un despropósito ya que ni fue un héroe ni siquiera un gran escritor y era además más cubano que uruguayo.
Fue un "oficinista" exactamente como usted lo dice, de ambos países. Nunca pude entender cómo alguien, en realidad muchísima gente, podía considerar que su poesía era grandiosa cuando era de un nivel más o menos adolescente, dicho esto con disculpas ante algún adolescente iluminado como Arthur Rimbaud. Benedetti dejó un retrato del uruguayo gris, pobre de espíritu y aburrido, cosa que no somos, de ninguna manera. Los detalles de su vida en Cuba no son demasiado conocidos, por lo menos por quienes no lo conocíamos a él personalmente. Los demás seguramente encontraban que su "genio" le había permitido llegar a los altos niveles burocráticos a los que llegó, porque dudo mucho que se haya lastimado las manos cortando caña. En Uruguay seguro que nunca se asomó al campo para recoger siquiera una margarita. Aunque su última biógrafa Hortensia Campanella, en su libro publicado en diciembre del 2008 dice que sí, que en Cuba recogió caña de azúcar. Dice además que en La Habana no tuvo ningún privilegio, que vivía en un barrio común a dos horas de incierto transporte de su lugar de trabajo. No lo sé, pero me permito creerle más a usted y a Reinaldo García Ramos. Lamentablemente, hoy el Uruguay está dividido exactamente en dos mitades. El 50% de uruguayos que apoyan al gobierno pseudo socialista al que consideran la salvación de todos los males posibles y el otro 50% al que pertenzco, aunque no vivo en el país, que consideramos exactamente lo contrario.
Es sintomático que al velorio y entierro de Benedetti no fue nadie representativo de ese 50% opositor, tal vez haya ido alguien a quien le gustaban esas poesías banales y repetitivas que le resultaron tan lucrativas. Para que usted no crea que soy tan maniqueísta como lo era Benedetti, le cuento que sí me sentí muy triste cuando un mes antes falleció en la misma Montevideo, una gran, esa sí gran poeta, que fue Idea Vilariño. Idea fue una mujer decididamente de izquierda y que apoyó siempre la Revolución Cubana, pero su nivel literario tiene una altura que la hará perdurar. Si le interesa le hago llegar un poema de amor de cada uno para comparar.
Pero Idea no alcanzó la popularidad que yo creo desmedida, de Benedetti. Evidentemente (lo digo con total humildad) yo debo ser muy elitista o sabré algo de poesía porque jamás logré emocionarme con su poesía amorosa, fácil y siempre igual pero que logró conmover a sus tantísimos seguidores. ¿El amor será tan cursi que tantas parejas se casaron unidos por los versos de Benedetti, como postula la biógrafa antes citada? Idea Vilariño que escribió, ella sí, los mejores poemas de amor que yo he leído, no fue enterrada con honores de nada. La posteridad dirá. Si en mi país, no mi "paisito", palabra horrorosa que el difunto inventó y que a mí me revuelve el estómago, alguien leyera esto que escribo sería tachada en principio de fascista y luego quién sabe de qué más. Simplemente no me gustan los gobiernos autoritarios y dictatoriales de ningún signo aunque en realidad las dictaduras tienen un solo signo y allí sí cabe la palabra fascismo. Me hago una idea de los que pueden haber sido esos compatriotas en Cuba y me da verguenza ajena lo que ustedes piensen, pero estoy segura que saben que no todos los uruguayos somos la misma cosa.
Gracias por su comentario y gracias además por haberme reencontrado con el querido Rainaldo. Silvana Toscano Mederos.

2:17 AM  
Blogger Unknown said...

Admiro la obra de Benedetti y su compromiso social. La verdad es que no conozco la obra de Belkis, llegué a este artículo por casualidad. Pero llamar izquierda "antiamericana" a la gente que se jugó la vida por nuestra América, que combatió a los militarotes impuestos por Washintong, define perfectamente el sesgo ultraderechista de la autora. Desconozco si usted, Sra. Belkis, se atrevió en vida de Mario Benedetti a escribir un texto sobre poeta uruguayo y mandárselo, para que pudiera defenderse. ¿Y usted desde el Gramma luchaba por la libertad?

7:07 PM  
Blogger jrpa2001 said...

Su artículo tiene el valor de opinión desmitificadora pero parece haber más odio que otra cosa.

12:20 AM  

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